LA BUJARDA, TESTIGO HISTÓRICO DE NUESTRA TIERRA

Ya sabéis que los chozos extremeños reciben diferentes nombres según el territorio donde están asentados. Así podemos hablar de Torreones, Torrucas, Bobias, Bujiós, Bóvedas, Garnachos, Batucos, Chafurdón, … y Bujardas en las comarcas de la Baja Extremadura y concretamente en Valencia del Ventoso.

Nosotros nos centraremos en nuestros chozos o sea en las Bujardas, de las que existen un gran número y  también mucho trabajo por medio, para localizarlas, recuperarlas y ponerlas en valor.

Bujarda en la Sierra de la Mujea

Sobre los chozos extremeños hay muchas e interesantes cosas escritas, por lo tanto nos ocuparemos en esta primera entrada de plasmar algunas de estas frases que definen la filosofía y la sensibilidad hacia estas construcciones, señas de identidad, en este caso, de nuestro territorio valenciano. Hay muchas cosas escritas, pero vamos a tomar como línea de referencia, lo bueno que nos han dejado maestros como José Luis Martín Galindo o Víctor Manuel Pizarro. Os dejamos un buen puñado de frases que por sí mismas plasman la filosofía del chozo y nos llevan a sensibilizarnos con esta querida construcción que debemos conocer para valorarla  y protegerla.

 

Bujarda en la Calabaza

JOSÉ LUIS MARTÍN GALINDO. Es Presidente de ARTE (Asociación por la Arquitectura Rural  Tradicional de Extremadura).

  • La Arquitectura Tradicional es el testimonio material construido vinculado a un lugar, un pueblo y una tradición, que definen la identidad de un territorio y sus factores de diferenciación cultural.
  • La Arquitectura Tradicional de un territorio es fiel testigo de la cultura y herencia de un pueblo.
  • Existen unas características  que son comunes a esta Arquitectura Universal: La arquitectura de lo disponible, El respeto al entorno y a la naturaleza del lugar, La respuesta a las necesidades físicas y espirituales de un colectivo, de una comunidad y las Adaptaciones ecológicas propias de cada territorio.
  • El chozo (Bujarda) es un excelente ejemplo de adaptación arquitectónica al medio natural, en el que no desentona ni por tamaño, ni por los materiales que son extraídos del mismo lugar y sufren pocas transformaciones para su puesta en obra.
  • Podemos llamar chozos a todos aquellos espacios de habitación permanente o temporal de pastores y campesinos que reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad, a veces ninguna, en comparación con la vida actual.
  • Son construcciones de Alto Sentido Utilitario, edificios sinceros, exentos de ornamentación, mostrando su sistema constructivo y donde los materiales utilizados marcan el carácter y definen la forma. En eso reside la profunda verdad de esta construcción rural.
  • Poseen unas características que lo han hecho idóneo en el mundo rural: Una sorprendente autonomía de ejecución que da respuesta y con bajo coste a las necesidades de proporcionar una habitación temporal o  permanente a pastores, agricultores, jornaleros y otros oficios hasta la década de los 70 del siglo pasado.
  • El Chozo se ha desarrollado en un Universo Rural.
  • Forma parte del paisaje rural de nuestra tierra extremeña. Lo encontramos en la sierra y en el llano, en la dehesa y en la vega.
  • Los chozos son un testimonio cultural y vivo ya que forma parte de la memoria colectiva del pueblo, recordándonos la funcionalidad que tuvo.
  • El Patrimonio menor, los Chozos y la Arquitectura del pueblo son evocadores de las formas de vida y trabajo de las clases populares hasta hace pocos años, siendo por tanto un testimonio único ya que forma parte de la memoria colectiva del pueblo que recuerda los usos que le dieron vida.
  • Los Chozos y otros testimonios de nuestra arquitectura vernácula, representan una de las manifestaciones más significativas de nuestra identidad cultural y como tal deberían haber sido tuteladas institucionalmente y valorizados socialmente.                                                               
Zahurdas
  • Representan un valioso patrimonio histórico y cultural impregnado de sentimiento muy cercano y entrañable.
  • Es un patrimonio que reúne los criterios que justifican su valor universal excepcional como simbiosis de características culturales y naturales, ya que constituye un sobresaliente ejemplo de ocupación del territorio.
  • Valioso legado cultural de nuestros antepasados, un testimonio histórico del pueblo extremeño y parte del acervo cultural  de Extremadura.
  • Su valor radica en su condición de documento que nos habla del pasado, de la forma de vida y trabajo en el campo hasta un pasado muy reciente, de la evolución de la población rural de Extremadura, de cómo ha resuelto sus necesidades materiales y espirituales hasta hace poco.
  • Estas construcciones nos informan de la forma de vida y de las relaciones sociales que existieron en el medio rural, así como de las relaciones con el entorno rural de las generaciones que nos precedieron.
  • El patrimonio tradicional o vernáculo construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo, expresión de diversidad cultural.
  • El Chozo es la construcción más genuina y más simbólica del patrimonio arquitectónico y rural y por tanto la expresión de una de las señas más significativas de la identidad cultural extremeña.
  • Es un patrimonio creado a lo largo de los siglos gracias al ingenio y al trabajo callado del pueblo extremeño y que siempre ha tenido la consideración de Patrimonio Menor.
  • El Patrimonio menor, los Chozos y la Arquitectura del pueblo son evocadores de las formas de vida y trabajo de las clases populares hasta hace pocos años, siendo por tanto un testimonio único ya que forma parte de la memoria colectiva del pueblo que recuerda los usos que le dieron vida.
  • Los Chozos y otros testimonios de nuestra arquitectura vernácula, representan una de las manifestaciones más significativas de nuestra identidad cultural y como tal deberían haber sido tuteladas institucionalmente y valorizados socialmente.                                                               
Bujarda en la Casa del humo

VÍCTOR MANUEL PIZARRO. Miembro de la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura, Fotógrafo, Divulgador, Blogger y Amante de los paisajes de Extremadura y de su mundo rural tradicional.

  • No existen dehesas, sierras, bosques o llanuras que no luzcan la figura de nuestros chozos.
  • Su presencia es siempre inseparable del paisaje cultural del que forman parte.
  • Vinculadas al mundo agrícola y ganadero son las construcciones más genuinas y mejor adaptadas al entorno natural.
  • El chozo ha sido el elemento más vivo del paisaje rural hasta tiempos recientes.
  • Estas construcciones nos hablan de las maneras de vivir, de trabajar y de subsistir de las gentes que nos precedieron.
  • Una vida humilde, llena de carencias e injusticias, de privaciones y malas condiciones de trabajo, por lo que el chozo vive cargado, muchas veces, de connotaciones negativas y de marginalidad.
  • Nuestros  chozos van desapareciendo a una velocidad vertiginosa. Malviven y agonizan sus últimos días en las tierras extremeñas sin que nada ni nadie parezca remediarlo.
  • Vinculados al mundo agrícola y ganadero. Desde él vigilaban sus ganados y pasaban las noches defendiéndose del ataque de lobos o bien para guardando apenas, propiedades y pertenencias necesarias para el manejo del ganado y los trabajos agrícolas o forestales.
  • El hombre buscaba el confort del refugio al calor de las lumbres durante las noches de invierno y el fresco de la sombra durante los veranos secos y calurosos.
  • Casi desapercibidas estas mínimas viviendas se integran y mimetizan en el paisaje de manera armónica, porque el hombre se sirve para construirlas de los materiales que encuentran en el entorno cercano.
  • Son construcciones adaptadas y en perfecta sintonía con las características climatológicas y geográficas de los paisajes donde se encuentran.
Bujarda en Valdelaseras
  • Porque si hay una dehesa, necesariamente hay un refugio para las manos de quienes transformaron los bosques originarios y crearon la dehesa para su provecho, además de todas las construcciones asociadas necesarias para la vida en ella.
  • En Extremadura hay quien se preocupa por mantener y recuperar los chozos tradicionales. Otros construyen o rehabilitan viejos chozos como vivienda con elementos adaptados a una vida cómoda y moderna pero con la tipología característica del chozo.
  • En la promoción de los valores culturales de una comarca no puede faltar la arquitectura tradicional. Existen numerosos ejemplos que toman el chozo como clara seña de identidad cultural digna de conocerse.
  • Es el chozo un verdadero obsequio de los paisajes rurales, y más allá de su interés cultural deberían ser incluidos dentro de la oferta turística de cada municipio.
  • No es un deseo romántico inalcanzable protegerlos a todos en su conjunto, como el resto de elementos de nuestra arquitectura tradicional, si se genera la suficiente conciencia para que se protejan.
  • Para algunos resulta un patrimonio tan cercano y cotidiano que pasa desapercibido, en otros produce un rechazo, por los valores negativos que proyecta: Una Extremadura rural, pobre y subdesarrollada y unos modos de vida pasados, duros y llenos de injusticia.
  • Con su protección se genera conciencia de valor en la población local, un paso decisivamente importante para su conservación.
  • Los tiempos cambian y también las percepciones y las sensibilidades para que nuestra Arquitectura Tradicional goce de la Protección efectiva y el reconocimiento que merece.
  • Homenaje a todos los hombres y mujeres que nos han legado un patrimonio cultural importante y representativo de lo que hemos sido, así como una arquitectura singular de enorme belleza y valor etnológico.
  • Nos habla de la manera de trabajar y vivir de la gente que luchó para sobrevivir en un entorno agreste, alejados del núcleo poblacional y en unas condiciones socioculturales duras, marginales y muchas veces llenas de desesperanza y soledad.
  • Nos debemos sentir obligados de CONOCER, CONSERVAR y DIFUNDIR este patrimonio con tanto esfuerzo conseguido, antes que desaparezca y caiga en el olvido.
Bujarda en Loma Caballero

Conjunto de corral, zahurdas y bujarda en el Castrejón

Bujarda en Doña Elvira la grande

5 comentarios en «LA BUJARDA, TESTIGO HISTÓRICO DE NUESTRA TIERRA»

  1. Muchas gracias por la información mea parecido muy interesante.
    Y si creo que tenía queser interés turístico.
    Una pequeña idea mía si seiciera como una pequeña ruta entre las bujardas bien a caballo a pie explicando y enseñando de manera como si fuera el belén viviente que se sienten interpretado como eran esos tiempos que en alguna bujarda se adapte para acer una parada para comer alguna para pasar la noche por un precio simbólico por su conservación y mejorar en las intervenciones yo me apuntaría a conocerlo.
    Gracias de nuevo por todo un saludo de Luis Javier Barragán

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  2. Las «Bujardas» vivos testigos de nuestra historia.
    Las «Bujardas» parte importante de nuestra memoria.
    Cuántas familias vivieron y se forjaron en ellas.
    Cuántos sueños pobres , orgullosos y dignos
    nacieron y abrigaron bajo su sencilla esfera.

    Ojalá hubiera ganas y dinero para conservarlas.
    Ojalá hubiera conciencia y amor para respetarlas.
    Mucho aprecio y respeto necesitan de todos.

    Merecen ser de interés cultural valoradas.

    Merecen serlo por todo cuanto significan.
    Cada piedra lleva en si un recuerdo.
    Cada rincón le engrandece y dignifica.
    Cada losa lleva un secreto proyecto.

    ¡Gracias a Juan Carlos y a Tomás por difundirlo
    y muy enhorabuena por su interés y su esfuerzo!.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo Fernando. Como dijimos en nuestra primera entrada «Nos debemos sentir obligados de CONOCER, CONSERVAR y DIFUNDIR este patrimonio con tanto esfuerzo conseguido, antes que desaparezca y caiga en el olvido.» Entre tod@s seguro que lo conseguiremos.

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  4. Hola, me llamo María Elena Bravo Guerreira y soy Vicepresidenta de la Asociación Cultural Los Boliches de la Torre de Aldea del Obispo (Salamanca). Este pueblo se halla en la Raya con Portugal y posee un caudal de restos históricos y culturales de todo tipo, contando entre ellos con los chozos de pastor, bujardas o zahurdas. Hasta hace sólo un par de años yo nunca había visto este tipo de construcciones que me han dejado maravillada. Como vosotros, José Luis Martín Galindo, Victor Manuel Pizarro y todos los que hacéis comentarios, considero que estas muestras de arquitectura popular, que tanto se parece a los construcciones en piedra seca de Menorca, por ejemplo, y que son ejemplo ancestral de supervivencia y arte desde hace muchos siglos, deben ser puestas en valor y conservadas. Hay que darlas a conocer. A finales del mes de abril, visitando Croacia, un guía nos eneseñó orgulloso un conjunto de chozos, idénticos a los nuestros, diciendo que databan de tiempos prehistóricos y que los había por todo el país. Yo creo que ése es también nuestro caso. La arqueología no entra aquí, pero algo tendríamos que hacer para conocer la cronología y la evolución de estas obras. Desde luego incluirlas en las rutas turísticas y en las de senderismo, facilitar el acceso a pie o en bici y hacer un mapa sería una manera de empezar, la cosa es dar vida y visibilidad a estas preciosas creaciones.

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    • Hola María Elena, estamos de acuerdo con todas tus reflexiones. Esperemos con éste humilde blog nos sensibilicemos y logremos alcanzar nuestros objetivos.
      Saludos.

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